Alberto Romo dimite como presidente de los taxistas de Valladolid
— 22 marzo, 2024Romo denuncia que el vicepresidente cometió una falta muy grave y él no iba a taparla, por lo que decidió dejar su cargo como presidente
“He dimitido de la presidencia de los taxistas de Valladolid. Somos una sociedad cooperativa y tenemos una agrupación. Llevaba unos tres años que iba a cumplir en el mes de junio. Algo sospechaba. Veía que mis vicepresidentes actuaban por su cuenta y riesgo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Alberto Romo.
Él era, hasta hace unas horas el presidente del gremio de los taxistas de la ciudad del Pisuerga, pero, tras estallar la guerra con sus vicepresidentes, en una polémica por la nueva aplicación que ha sido presentada hace pocos días ha dejado su cargo.
“He dimitido de la presidencia de los taxistas de Valladolid. Somos una sociedad cooperativa y tenemos una agrupación. Llevaba unos tres años que iba a cumplir en el mes de junio. Algo sospechaba. Veía que mis vicepresidentes actuaban por su cuenta y riesgo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Alberto Romo.
Él era, hasta hace unas horas el presidente del gremio de los taxistas de la ciudad del Pisuerga, pero, tras estallar la guerra con sus vicepresidentes, en una polémica por la nueva aplicación que ha sido presentada hace pocos días ha dejado su cargo.
“En las asambleas acordamos las actuaciones para el buen funcionamiento de la empresa. Habíamos hecho una serie de mejoras digitales. Había que ponerlas en los teléfonos, bien de la cooperativa, o de los teléfonos que sirvan para las aplicaciones. El vicepresidente, por su cuenta, ha ido poniendo las aplicaciones de la central, con las que funcionamos, en los teléfonos particulares de los socios que no se acogieron a la mejora, le pillé en una y lo puse en conocimiento de la junta directiva”, añade nuestro entrevistado.
El enfado de Alberto Romo viene porque el instalar esta nueva aplicación es “un acuerdo asambleario” que dice que “no se puede tocar un teléfono particular” en un acuerdo del Consejo Rector para “solo tocar los teléfonos de la emisora” y no los particulares, con el fin de “no comprometer las arcas de la sociedad” y atendiendo a la Ley de Protección de Datos.