El Ayuntamiento de Madrid pretende sustituir las aletas de tiburón del carril bus/taxi de Bravo Murillo por balizas luminosas

La EMT ha sustituido los peligrosos separadores en Bravo Murillo por balizas luminosas

Foto: Motosan.es

Como suele ser habitual, las quejas de asociaciones de motoristas caen en saco roto y es únicamente después de producirse una muerte cuando empiezan a tenerse en cuenta. Ha ocurrido en Barcelona con los bloques de hormigón y también en Madrid con las «aletas de tiburón», unas barreras de plástico que separan físicamente el carril reservado al transporte público del resto.

La semana pasada, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado de Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Mutua Motera (AMM), presentó in-situ la solución seleccionada para reemplazar las aletas de tiburón, muy cerca de donde que se cobraron una víctima mortal hace dos años, cuando un motorista de 29 años falleció tras perder el control de su moto al golpear la aleta e impactar posteriormente contra una barandilla.

Luces led en lugar de una barrera

Era una promesa electoral para la que se han dado los primeros pasos. Además de no instalar más, se inician los trámites para sustituir las aletas existentes por otras soluciones que sean efectivas pero seguras. ¿El problema? Evitar la ocupación del carril reservado por vehículos no autorizados, que bloquean el transporte público.

La alternativa escogida han sido unas balizas luminosas con tecnología led y carga capacitiva sin cables. Los responsables del consistorio madrileño han verificado su durabilidad al paso de los vehículos. Incrustadas en el pavimento, emiten su luz sin ofrecer aristas ni apenas altura, haciendo más visible la separación del carril reservado. Teniendo en cuenta que en Madrid las motos tienen autorizado el uso del carril bus/taxi por ordenanza, eliminar una barrera física siempre es buena idea. Además, algunos carriles bici también están segregados utilizando estos dispositivos.

Los vulnerables pagamos las infracciones de otros

El futuro de esta solución depende de su efectividad. Las aletas, al aislar el carril bus/taxi, disuaden a vehículos privados o de reparto de detenerse en él, pues supone el instantáneo bloqueo del mismo. Pero si no existe una barrera física, autobuses, taxis y motos pueden esquivar el vehículo «invasor», haciendo que la infracción no tenga un efecto tan grave sobre el tráfico, lo que anima a algunos conductores a hacerlo. Sólo hay que fijarse en la foto de cabecera de este artículo, con las balizas recién estrenadas.

¿El problema? Que los errores de otros los acabamos pagando los vulnerables. Además de los bolardos rígidos que se instalan en las aceras para que los vehículos de cuatro ruedas no se suban a ellas, las aletas de tiburón son otro ejemplo. Efectivas en su objetivo, pueden suponer un riesgo de caídas y accidentes, lesiones graves e incluso muertes. Madrid no es la única ciudad en la que se han producido. En San Sebastián (Gipuzkoa) hace años que los separadores de tipo bordillo fueron retirados. Cómo no, también después de la muerte de una motorista.

Siguiente paso, comprobar que funciona

Una vez eliminadas las aletas en esta calle del distrito de Tetuán, un equipo de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid estudiará si esta solución luminosa y no bloqueante resulta efectiva y evita el uso no autorizado del carril bus/taxi. En este punto, la seguridad de los motoristas depende del respeto que otros conductores guarden hacia esta nueva alternativa. Por ese motivo, Reyes, presidente de AMM, sugiere que se utilicen también cámaras para captar a los infractores como medida disuasoria adicional. No olvidemos que la retirada de las aletas también comporta ventajas para el transporte público, en caso de averías de los autobuses o actuaciones de mantenimiento sobre la calzada.

«Nada de esto, ni aleta de tiburón ni balizas luminosas ni nada, sería necesario, más allá de la simple marca vial, si todos tuviéramos educación suficiente como para respetar el carril bus», señala Reyes, añadiendo su agradecimiento al ayuntamiento y concretamente al alcalde por «quitar estas dichosas aletas de tiburón. Han sido años pidiendo que se retire algo que es ilegal y que supone un riesgo constatado para la seguridad vial de los motoristas».

Desde esta columna, como siempre, hacemos un llamamiento a todos los conductores, motoristas o no, para realizar una conducción responsable, defensiva y predictiva, no relajada, pero muy importante, sin prisas. La precipitación al manillar o al volante genera muchos más accidentes de los que creemos, especialmente en entorno urbano y cuando la densidad del tráfico es alta.

motosan.es

Tagged with:

Últimas noticias

Call Now Button