Actualmente el municipio cuenta con 194 licencias, de las cuales 22 son de vehículos preparados para transportar a este colectivo. ¿Son suficientes? En la teoría sí, de hecho superan en un 6% el mínimo que fija la ordenanza municipal (el 5% las 24 horas). Pero en la práctica el problema es «cuántos de ellos están en servicio en cada momento», puntualiza Elena Ávalos, presidenta de Eginaren Eginez. «A veces llamas y te dicen que están todos ocupados porque no hay que olvidar que dan un servicio universal, a todo el mundo. De manera que al final no revierte en nuestro colectivo directamente».
Las esperas hasta que se libera un vehículo pueden llegar «hasta los 45 minutos, cuando uno ordinario lo tienes en 5», compara Ainhoa Gamarra, al frente de Aspace (Asociación de Parálisis Cerebral de Álava). «Y luego hay que tener en cuenta en qué zona de la ciudad se encuentra». Se refiere a que la bajada de bandera puede comenzar desde el punto en el que recibe el aviso el taxista. Por ejemplo, si está en Lakua y tiene que ir hasta Salburua. «Eso incrementa el precio y puede llegar a doblarse. Es injusto porque no se nos facilita ni en precio ni en tiempo poder coger un taxi».
El concejal de Movilidad y Tráfico, explicó que se trabaja con el sector para aumentar el número actual. En concreto, el planteamiento pasa por destinar el dinero sobrante de las ayudas habituales para comprar taxis eléctricos a la adquisición de un taxi adaptado. En este caso, serían las asociaciones quienes realizarían la compra para así poder utilizar este nuevo vehículo todos los profesionales del sector y no solo un propietario único.
El Correo