El presidente de los taxistas de Córdoba, Miguel Ruano, ataca duramente al Gobierno de Juanma Moreno por permitir el favorecimiento de la competencia

El sector del taxi afronta un otoño problemático en primer lugar por la escalada de precios del combustible, que aún no se ha trasladado al cliente. Pero, sobre todo, por la regularización de las VTC anunciada por la Junta. El presidente de la asociación del sector, Miguel Ruano, ataca duramente al Gobierno de Juanma Moreno por permitir la actividad de esta competencia.

-¿En qué situación se encuentra ahora el sector del taxi al acabar la pandemia?

-El sector está desde antes del verano trabajando en condiciones normales en cuanto a restricciones. El trabajo ha crecido y la actividad se ha recompuesto como antes de la pandemia, pero ahora mismo la preocupación es el combustible. Y también están los problemas para adquirir vehículos que achacamos a la guerra en Ucrania. Hay dificultades y los plazos se van a entre seis y nueves meses. Otro problema que tenemos es la situación que se está dando por la voluntad de la Junta de Andalucía de regular las VTC para perpetuarlas.

-¿Hay competencia con las VTC?

-Ahora mismo no la hay, pero ¿quién dice que no la va a haber? Lo que está en juego no es el presente inmediato, sino el futuro del taxi. Ahora en Córdoba no hay VTC pero antes sí. Se fueron porque a las multinacionales, si no hay negocio ni turismo, no les interesa la ciudadanía.

-¿No quedan Uber ni Cabify en Córdoba?

-No, pero eso no quiere decir que no haya VTC de manera individual. Hay ochenta y tantas licencias de VTC en la provincia y trabajan como siempre: con hoteles, salas de celebraciones, bodas, agencias de viajes, operadores…

-Y ese tipo de actividad, ¿supone una competencia para el taxi?

-Con eso llevamos toda la vida. Tienen 40 años o más de historia. Las VTC se paraban en Córdoba en el 85 o antes incluso. Luego pasaron a fusionarse como taxis. El problema es que ahora las multinacionales hacen como de taxi e incumplen la ley.

-¿Qué les ha trasladado el nuevo gobierno de la Junta en sus reuniones con la Consejería?

-De esto se lleva hablando desde 2009 y sobre todo desde 2014, cuando entraron las multinacionales en España. Con esta consejera hemos hablado muchas veces y hemos hecho propuestas. Ahora nos trasladan que quieren regular las VTC. Como tienen competencias, el decreto Ávalos les otorgaba esa capacidad. Han pasado tres años y once meses y la Junta no ha hecho nada ni ha manifestado su disposición hasta hace cinco días, cuando nos dijeron que habían decidido regular. La Junta nos mintió alegando que, si no regulaban, podían estar cometiendo prevaricación. Eso es falso porque la Junta no está obligada a hacerlo. De las 17 comunidades, sólo dos han regulado las VTC y hay varias que no van a hacerlo.

-O sea, que en la práctica seguirán existiendo las VTC en Andalucía.

-En la práctica la Junta de Andalucía quiere regular para que no desaparezcan. Su voluntad es liberar el mercado y su pensamiento político es que no desaparezcan. Las multinacionales han comprado voluntades y no se ha cumplido la ley en España, porque hay voluntad política de que permanezcan.

-¿Van a subir las tarifas del taxi debido al alza de los combustibles en todo el país?

-Eso nadie lo duda y los usuarios mismos nos dicen que cómo estamos trabajando con estos precios. Evidentemente, las tarifas tienen que subir. La espalda del taxista no es tan grande para soportarlo todo, incluyendo el conflicto con las VTC. El precio del combustible, la mecánica, los precios que de un año a otro suben 1.000 euros más. Evidentemente tendrán que subir.

-¿Lo han tratado ya con el Ayuntamiento?

-Esto ya se ha hablado. Aún no hay una decisión tomada, pero las tarifas tienen que subir. Córdoba no puede ser la ciudad con las tarifas más baratas de España. En absoluto. Tenemos que mantener a nuestras familias con nuestro poder adquisitivo, así que tendrán que subir los precios como en todos los sitios. Encima, por si esto fuera poco, ahora estamos compitiendo con Aucorsa con precios subvencionados por el Gobierno y el Ayuntamiento. ¿Cómo podemos estar compitiendo con eso en el día a día? Con mi dinero, con mi propio dinero, la empresa pública de autobuses me quita trabajo. Si tuviéramos dinero esto es para denunciarlo, porque para nosotros no ha habido subvenciones. A nosotros también nos gustaría aplicar un descuento, pero no nos dan el dinero. Perdemos clientes con estos descuentos, tenemos una sangría de usuarios porque nuestro competidor baja sus precios. Eso es lo que hay.

 

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