Tres taxistas de Santiago han sido denunciados en solo dos meses por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. «É unha vergoña», admite el presidente de la asociación Radio Taxi Compostela, José Miguel Pérez Lamas, que se teme que estos casos no serán los últimos, porque la entidad ha decidido «plantarlle cara ao problema e facer limpeza» denunciando a los compañeros que incumplan la ley. Es más, él mismo se ha reunido con la Policía Local y con la Guardia Civil de Tráfico para pedir más controles al colectivo.

Nada más conocerse las sanciones y sus motivos, los tres taxistas fueron despedidos, ya que todos ellos eran contratados por propietarios de licencias. Pero Radio Taxi Compostela ha ido aún más lejos y ha enviado al Concello de Santiago escritos para que a los compañeros denunciados por conducir ebrios o drogados se les retire para siempre el carné profesional. Así no podrán volver a trabajar en la ciudad.

El último de los tres casos se registró el miércoles de esta semana. Agentes del destacamento de Santiago de la Guardia Civil de Tráfico estaban realizando un servicio de vigilancia y seguridad vial cuando sorprendieron a un taxista conduciendo de forma temeraria. Circulaba a velocidad excesiva por el kilómetro 4,5 de la carretera que une la ciudad con el aeropuerto de Lavacolla, la antigua N-634. Adelantó en zona prohibida, no señalizó las maniobras y tampoco respetó la distancia de seguridad.

Una excesiva «vitalidad»

El taxista no llevaba pasaje, pero se dirigía al aeropuerto a recoger a un cliente. Como había cometido una infracción de la normativa de seguridad, estaba obligado a someterse a las pruebas de alcohol y drogas, pero ya los agentes se percataron a simple vista de que estaba bajo los efectos de algún estupefaciente porque mostraba una excesiva «vitalidad y otros síntomas claros», explica el parte de Tráfico. Los guardias no se equivocaban. Cuando lo sometieron al test de la saliva dio positivo en cocaína.

La sanción por conducir tras haber consumido drogas puede llegar a los mil euros y a la pérdida de seis puntos del carné, pero es que como en este caso también ha sido denunciado por conducción temeraria perderá otros seis puntos y tendrá que pagar otros 500 euros de multa.

No es de extrañar que los taxistas compostelanos estén avergonzados con la actitud de algunos de sus compañeros y ante la reiteración de este tipo de situaciones. El 21 de mayo, un profesional fue sorprendido en un control en Lestedo (Boqueixón) y, además de no tener en regla el seguro del coche, dio positivo en cannabis y cocaína.

El segundo caso ocurrió un mes más tarde, a mediados de junio, cuando en otro control rutinario instalado en el puente de A Rocha, en el límite entre Santiago y O Milladoiro (Ames), otro taxista triplicó la tasa de alcohol en sangre permitida para estos profesionales: 0,15 miligramos por litro. Los dos jóvenes a los que llevaba tuvieron que recorrer a pie los últimos dos kilómetros hasta su casa. Sin saberlo, se expusieron a un peligro idéntico al que habrían corrido si ellos mismos hubiesen conducido tras toda una noche de copas.