El sector del taxi lanza un SOS a las administraciones por la pérdida prolongada de servicios desde marzo de 2020. Solicita una línea de ayudas específicas para poder subsistir mientras dura la crisis sanitaria

El año 2020 ha puesto en evidencia la fragilidad del taxi y la dependencia de las administraciones para su supervivencia. Así lo subraya el presidente de la Federación Regional del Taxi de Castilla-La Mancha, Manuel García, que asegura que el sector atraviesa por un momento «crítico», tras la pérdida del 90% de los servicios durante los meses más duros de la crisis sanitaria y de más de 70% entre julio y septiembre.
En este contexto, el presidente de los taxistas castellano-manchegos hace un llamamiento al Gobierno regional para que articule una línea de ayudas específica «para que este sector pueda subsistir en pueblos y ciudades». Recuerda que más de 800 licencias de las 1.144 que hay en toda la región se circunscriben a municipios de menos de 5.000 habitantes, donde la actividad es prácticamente nula desde ya demasiados meses. Solo están encontrando un respiro aquellos taxistas que ganaron la licitación de una ruta escolar, pero «únicamente representan al 30% del total».
Explica, en este sentido, que la Federación Regional del Taxi de Castilla-La Mancha está recibiendo cada vez más consultas de taxistas para paralizar sus licencias hasta que finalice la crisis sanitaria o haya, al menos, un escenario más favorable: «El taxista es un autónomo muy duro y cuida su licencia con mucho tesón, pero la mayoría tiene los taxis en los garajes y se ha tenido que buscar otros trabajos para poder mantener a sus familias».
Entre los objetivos que se ha marcado la Federación para este 2021 destaca la recuperación del servicio de traslado de enfermos crónicos de larga duración que no precisan atención médica, lo que supondría un «revulsivo» para un sector que «lo que quiere es trabajar, no pedir ayudas ni subvenciones».
El reglamento que regule la actividad de los vehículos de arrendamiento con conductor (VTC), aumentar la capacidad a nueve plazas, incrementar el número de vehículos adaptados para personas con movilidad reducida y la solicitud de ayudas específicas para adquirir taxis más eficientes serán otras de las asignaturas pendientes para el presente ejercicio.