La organización representativa de los taxistas de España, FEDETAXI, ha contemplado con estupor como el Ayuntamiento de Madrid y su coordinador general, Luis Cueto, promocionaban a la empresa Uber en Madrid.
Uber, cuya actividad no se trata de economía colaborativa, como han reconocido ya en varias ocasiones, es una multinacional que practica la elusión fiscal y ha sido sancionada en numerosas ocasiones por los juzgados e inspecciones de trabajo y transportes por obstrucción a la investigación. A lo largo del mundo, esta empresa tampoco se caracteriza por el respeto a los derechos sociales de los chóferes, habiendo sido condenada recientemente en Londres y California. Ni tampoco es ejemplo en la garantía de los derechos de los consumidores, recientemente cuestionada por la propia OCU.
No obstante, y a pesar de ello, el Consistorio madrileño no ha dudado en darles el espaldarazo y un marco de presentación en el Palacio de Cibeles para la puesta en servicio de vehículos de lujo eléctricos a los que otorga en sus ordenanzas ciertos privilegios concedidos también al lobby de las eléctricas y a empresas como Car2go del grupo Daimler y que niega sistemáticamente a los taxistas madrileños.
Así, mientras imposibilita a los taxistas de Madrid poder elegir libremente los modelos de vehículos con los que prestar sus servicios, el Ayuntamiento permite a empresas como Uber la adscripción de cualquier modelo a su negocio. “La elección de vehículo por parte de los taxistas está sujeta a autorización y homologación previa del Consistorio, descartándose sistemáticamente los de mayor lujo y capacidad, lo que nos impide acceder a los mismos modelos que estas empresas para competir con ellos”, asegura Miguel Ángel Leal, presidente de Fedetaxi y la Asociación Gremial de Auto-Taxi de Madrid.
Por otro lado, el Gobierno municipal facilita la recarga de los vehículos eléctricos de estas compañías, como Car2go, incluso en las cocheras municipales, cuando a los taxistas que adquieren los escasos vehículos eléctricos autorizados por el municipio los remite a la insuficiente y casi inexistente red de puestos de recarga eléctrica de la capital.
Resulta también paradójica la posición del Ayuntamiento de Ahora Madrid teniendo en cuenta el escaso apoyo que presta al colectivo de taxistas de Madrid que sostiene un servicio público regulado dirigido al público en general y la descarada tolerancia que se produjo en el pasado mes de julio con el servicio alegal denominado Línea U.
Asimismo, está la actual promoción de un servicio como Uber One dirigido a una gama de lujo que se ‘vende’ en pro del respeto al Medio ambiente con apenas una treintena de vehículos, algo que no contribuye significativamente ni a la mejora del medio ambiente madrileño ni a la mejora de la movilidad ciudadana, obviando el hecho de que el servicio público de taxis posee ya más de 8.000 vehículos eficientes con la previsión de que en 2020 toda la flota de taxi de Madrid seráde bajas emisiones.