Golpe a taxistas y hoteleros: Europa se pone del lado de Uber y Airbnb
— 3 junio, 2016Bruselas publica hoy un informe sobre economía colaborativa en el que recomienda a los estados miembros que no pongan trabas a las ‘apps’ de economía colaborativa
Más Uber, más Airbnb y menos regulación. La Comisión Europea publicará hoy un informe sobre economía colaborativa en el que va el espaldarazo más claro hasta el momento a esta actividad. Fuentes conocedoras del informe han confirmado a Teknautas que las conclusiones del informe de Bruselas van en una única dirección: más liberalización y menos trabas.
[¿Cuánto ganan Airbnb o Blablacar en España? La economía colaborativa, en pañales]
El texto, que se hará público hoy a media mañana, enfatizará la necesidad de que los estados no pongan trabas a las nuevas plataformas de servicios basados en la economía colaborativa, aconsejando que su cierre sea una medida a ejecutar solo como último recurso. La intención de los 28 con este nuevo documento es acabar con “medidas difíciles de justificar” puestas en marcha por los países miembros.
Según fuentes conocedoras del estudio, este se trata de una hoja de ruta cuyo objetivo es “tomar como modelo las diferentes regulaciones existentes en los países miembros para unificarlas y aplicarlas en otros estados”. Las mismas fuentes aseguran que el trabajo de la Comisión está centrado en tres aspectos: regular el desbarajuste impositivo en que se mueven algunas de estas actividades, garantizar que se cumplan las regulaciones de empleo para atajar la precariedad y respaldar los derechos del consumidor de manera que no pueda encontrarse desprotegido.
El contenido del informe supone un espaldarazo a plataformas como Uber, Cabify, Blablacar o Airbnb mientras que resta argumentos a las patronales hoteleras, del taxi o del autobús en el caso español. Con estas recomendaciones, la UE pretende evitar la disparidad de criterios que se han seguido con determinados servicios como Uber, que ha tenido una cálida acogida en el Reino Unido pero que se ha encontrado con resistencia en otros países, ya sean Francia o España.
Los problemas con los que se han encontrado las plataformas de economía colaborativa no se limitan a Uber. Blablacar en España está pendiente de la sentencia de un juicio con la patronal del bus, Confebús, mientras que en Berlín se corre el riesgo de pagar una multa de 100.000 euros si se pone un piso en alquiler en Airbnb. En este último caso, Bruselas recomienda imponer un límite al número de noches que se puede alquilar un apartamento en lugar de proceder con multas tan cuantiosas.
Hay que ver cómo contribuyen estas plataformas a la hacienda pública y qué formas de empleo van a generar
El sector del taxi en España es consciente de que ese informe de la Unión supondrá un obstáculo en sus aspiraciones de competir con las nuevas plataformas de transporte pero esperan que iguale las reglas del juego. “No tenemos problemas en que Uber sea legal —admite Miguel Ángel Leal, presidente de Fedetaxi—, pero no estamos de acuerdo en que no se diga nada cuando hacen trampas con el tema fiscal. Hay que ver cómo contribuyen estas plataformas a la hacienda pública y qué formas de empleo van a generar. Sabemos que en Cabify trabajan un centenar de conductores como falsos autónomos”.
Uno de los aspectos que pretende regular el informe es la legislación laboral para evitar que, en casos como el de Uber, la plataforma evite cualquier responsabilidad. La ‘app’ de transporte privado asegura que es una mera intermediadora entre conductores y pasajeros y que por ello no debe someterse a la regulación de empleo de cada país.
Fuentes del sector de la economía colaborativa señalan un aspecto que creen esencial: “La Unión Europea le va a decir a los estados que deben diferenciar entre la actividad profesional y la que se desarrolla entre particulares”. Esas mismas fuentes señalan que Bruselas reforzará la idea de diferenciar entre “un conductor que se pasa todo el día en el coche” de otro que “sale del trabajo y, de camino a casa, recoge a una persona y comparte el trayecto”.
Esas fuentes señalan a Teknautas que las regulaciones actuales han ido “al trazo grueso”, pero que en las plataformas de economía colaborativa se puede encontrar de todo. “Vete a Wallapop, o a eBay, y encontrarás tiendas que no dejan de serlo por estar ahí. Al revés, utilizan eBay como un canal de comercialización. En Airbnb pasa algo parecido: hay profesionales que se valen de ese canal mientras que habrá gente que lo haga de manera esporádica”, afirman.
El anuncio de la Comisión Europea recomendará a los 28 que eliminen las trabas a la economía colaborativa y que dejen las medidas más extremas como último recurso. Leal, de Fedetaxi, cree que esas recomendaciones pueden ayudar a su sector a competir en igualdad de condiciones frente a los nuevos competidores.
“Entendemos que se debe exigir a las multinacionales que tributen en España y que creen empleo legal y digno”, opina el también presidente de la asociación gremial Auto-Taxi. Leal también ha dejado entrever que su sector trabajará para hacer llegar sus peticiones a Bruselas: “Queremos explicar cómo nos afectan estas leyes tan guays e innovadoras que pretenden favorecer pero traen precariedad laboral y poca colaboración con el estado del bienestar”.
Estas leyes tan guays e innovadoras pretenden favorecer pero traen precariedad laboral y poca colaboración con el estado del bienestar
Dos de las grandes beneficiadas de la medida son Uber y Airbnb. Ambas fundadas en San Francisco en 2008, han sido las puntas de lanza de la llamada economía colaborativa. El camino de Uber en España ha sido más espinoso que el de Airbnb. La primera se enfrentó a un cierre judicial en 2014 que le obligó a desistir del modelo UberPOP, que ponía en contacto a conductores particulares. No ha sido hasta 2016 que ha regresado, bajo el modelo UberX, similar al que ya ofrece Cabify.
Airbnb no ha tenido que lidiar en España con ningún cierre, aunque la ciudad de Barcelona tramitó a finales de 2015 un par de expedientes contra la plataforma por anunciar pisos turísticos ilegales. Una situación que debería cambiar a partir de hoy si los 28 escuchan las recomendaciones de la Comisión Europea./