Guillermina Deán: Una pionera al volante de un taxi en Boiro
— 12 julio, 2017Adquirió la licencia cuando quedó una plaza libre en Boiro, donde trabaja su marido
Cada vez es más habitual ver a una mujer al volante de un taxi. Es el caso de Guillermina Deán García, la primera en ejercer esta profesión en el municipio de Boiro. A sus 53 años, cuenta con más de treinta de experiencia al volante, desde que obtuvo el permiso de conducir con 18. Su anterior trabajo era en una conservera, por lo que nunca antes se había dedicado al transporte de manera profesional.
«Sempre me gustou conducir e cando se me presentou esta oportunidade, non o dubidei», afirma Deán. Pero no fue solo su hábito como conductora lo que la llevó a dedicarse por completo a esta profesión. Su marido, Paco, lleva más de seis años ejerciendo como taxista en Boiro. Eso fue lo que la ayudó a dar el paso definitivo para dedicarse a esta profesión.
Pero las ganas no son suficientes para ser chófer. Además de un coche y el carné de conducir, se necesita una licencia. Cada localidad tiene un número determinado de plazas en función de los habitantes. Cuando están todas cubiertas, hay que esperar a que alguien venda o deje desocupada la suya, como sucedió en este caso. «Cando quedou a praza libre, eu animeina a que comezara», comenta su marido.
Ahora los dos trabajan en conjunto. «Facemos un bo equipo. Se un non pode ir ou está ocupado con algún cliente, vai o outro e así non perdemos viaxes», afirman. Lleva apenas tres semanas trabajando, por lo que todavía es pronto para tener su propia lista de clientes, pero ya les han llamado preguntando por ella para algún viaje determinado.
Empezar como taxista siendo una mujer sigue sin ser sencillo. «Ás veces, cando chaman e collo eu o teléfono, sorpréndense», reconoce. Pero a pesar de esperar una voz masculina al otro lado de la línea, son muchos los que se alegran de que cada vez haya más mujeres en el sector.
A Pobra, Muros y Noia
Aunque es pionera en Boiro, en otros municipios de la comarca hay más mujeres que ya desempeñan esta misma actividad. A Pobra, Muros y Noia cuentan ya con otras taxistas, pero a Guillermina le gustaría que se animaran más en el municipio para tener alguien con quien charlar, ya que los hombres «xogan ás cartas e falan das súas cousas».
Empezó a trabajar el 23 de junio, por lo que la noche de San Juan fue su primera toma de contacto. «Agora no verán, coas festas, temos moito máis traballo polas noites», comenta Deán. Ese es el motivo por el que, aunque el trabajo trae consigo muchas horas de espera, todavía no ha tenido tiempo de aburrirse.
Pero Guillermina ve también en esto algo positivo, ya que le permite invertir ese tiempo en hacer otras cosas. «Algunha vez tiven que deixar de facer a compra porque me chama alguén para unha viaxe», reconoce. Un trabajo que no tiene horarios, ni festivos, ni días libres. Tanto sea por la mañana, por la tarde o por la noche, ella descuelga el teléfono.
Los conductores son cada vez más consecuentes y son muchos los que deciden coger un taxi antes que su propio coche después de una noche de fiesta o incluso en el día a día. Es por eso que cada vez hay más trabajo en el sector y más mujeres que, como Guillermina, se animan a dedicarse a esta profesión.
Lleva poco tiempo como taxista, pero hasta el momento todas sus experiencias han sido positivas y muy satisfactorias. Ha conocido a gente muy agradable y tiene ya varias anécdotas que contar. «Algunha vez téñenme dito que só teñen dez euros e que os deixe alí onde os marque o taxímetro», comenta.
La Voz de Galicia