La «guerra del taxi» enfrenta a Fomento con Competencia

Fomento aboga por incrementar el control sobre plataformas como Uber o Cabify mientras la CNMC reclama que se levanten las restricciones de estas empresas

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La «guerra del taxi» ha pasado en las últimas semanas de la calle a las instituciones. Casi un mes después de la movilización masiva llevada a cabo por los taxistas españoles, el goteo de licencias de vehículos con conductor (VTC, con las que operan Uber o Cabify) obtenidas a través de los tribunales se mantiene. Ello ha dificultado la aplicación de la ley, que establece que debe haber una licencia de VTC por cada treinta taxis. Y con la norma en entredicho, Fomento y Competencia discrepan a la hora de proponer nuevas reglas.

Precisamente la dificultad para aplicar la regulación vigente, unida a las infracciones de los coches de Uber y Cabify en la vía pública –estos vehículos no pueden parar clientes en la calle ni estacionar en determinados lugares–, fue el origen de las protestas del taxi del pasado 30 de mayo. Fomento respondió a principio de mes con un encuentro en el que reclamó a regiones y ayuntamientos que incrementaran el control sobre los VTC y puso sobre la mesa una nueva batería de medidas. Entre ellas, renovar los vehículos o impulsar una plataforma online de taxis. El Gobierno ofrecía así varios «guiños» que ya habían sido reclamados por los propios taxistas.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado un paso en la dirección contraria. La institución difiere de Fomento y reclama una remodelación completa de la regulación del taxi. Que sea más «eficiente». Esta semana ha denunciado la norma catalana que regula el taxi por ser demasiado restrictiva. Ya hizo lo propio con el artículo del ROTT que imponía la relación 1:30 por considerar que dificultaba la competencia.

En este caso, la CNMC no diferencia entre taxis y coches de Cabify o Uber, sino entre canales físicos y digitales. Fuentes de la organización aseguran que «los taxistas deberían estar en contra de la normativa catalana», ya que dificulta la creación de plataformas para pedir taxis con imposiciones como la necesidad de tener un local físico o contar con un número mínimo de licencias. «Es demasiada burocracia, los requisitos no están justificados», sostienen desde Competencia.

Una ley del siglo pasado

Respecto a la regulación nacional, la institución sigue manteniendo su oposición a la limitación de licencias VTC y considera que la solución a la guerra del taxi es, directamente, formular una nueva ley «No es normal que el taxi se mantenga con una ley de los años treinta» asegura. Desde la CNMC realizan además una defensa de estas plataformas, por ejemplo en el aspecto fiscal. «Alquilar uno de estos vehículos supone una operación transparente y no hay por qué dudar de irregularidades en el pago de impuestos», afirman desde el organismo.

«Vamos a ser la última generación que levante a mano para parar un coche por la calle, porque ya muchos de nosotros utilizamos otro medio y lo que nos está dando esa digitalización son señales de oportunidades de negocio», declaró Marín Quemada, presidente de la CNMC, el pasado viernes. Una declaración de intenciones que, de nuevo, ha levantado críticas desde el sector del taxi.

Fomento realiza guiños al sector tradicional; la CNMC aboga por el cambio. El Gobierno pide a las comunidades más control sobre las plataformas; Competencia denuncia decretos autonómicos por imponer «limitaciones». El conflicto del taxi, como ya ocurrió con otros asuntos como la multa de Competencia a Renfe o las tarifas de AENA, ha ocasionado un nuevo choque entre el Gobierno y Competencia.

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