La Hacienda británica investiga a Uber por una posible deuda de 1.184 millones de euros

Decidirá si la considera una tecnológica intermediaria o una empresa de transporte, en cuyo caso tendrá que considerar como trabajadores a los conductores y abonar los impuestos correspondientes, que ahora no pag

uber

La empresa estadounidense de transporte Uber está siendo investigada por una posible deuda con la Hacienda británica (HMRC) que podría rondar los 1.184 millones de euros, según ha informado el diario The Times. De esta forma, Reino Unido vuelve a plantear si los conductores de la multinacional son empleados fijos de la compañía o si por el contrario trabajan como autónomos.

De confirmarse, la diferencia para Uber, y por extensión para sus usuarios, podría ser abismal. Si finalmente el organismo considera que la función de la plataforma es mayor que la de actuar como un mero intermediario digital entre sus 60.000 conductores y los pasajeros podría verse obligada a pagar el 20% de IVA que marca la ley. Un sobreprecio que, si llega a producirse, podría terminar afectando directamente a las tarifas aplicadas al consumidor, aunque Uber no ha querido hacer comentarios al respecto.

«El HMRC se asegurará siempre de que cualquier empresa, sin importar su tamaño, pague todos los impuestos que marque la ley británica sin conformarse con menos», ha reconocido un portavoz del organismo en declaraciones recogidas por The Times. Mientras, Uber sostiene que «cumple y seguirá cumpliendo con las obligaciones impositivas de los países en los que opera».

Desde la empresa estadounidense aseguran que sus conductores, como ocurre con los tradicionales taxis negros, no llegan a los alrededor de 95.000 euros anuales a partir de los cuales se comenzaría a pagar impuestos, pero lo que está planteando el HMRC es si Uber debería ser considerada impositivamente como una compañía de transporte en sí misma.

Este anuncio se enmarca dentro de la intención del Gobierno británico de empezar a endurecer su posición con respecto a las compañías digitales estadounidenses que operan en el país sin apenas pagar impuestos, agarrándose a unos resquicios legales que el Reino Unido está dispuesto a eliminar.

Uber ya ha tenido problemas en las islas en el pasado, e incluso estuvo a punto de perder su licencia para operar en Londres, y si finalmente esta sanción se confirma podría suponer la primera gran multa para un gigante tecnológico en el país gobernado por Theresa May.

De hecho fue en la capital donde Uber, valorada en cerca de 70.000 millones de euros, podría haber empezado a perder esta batalla después de que los tribunales, auspiciados por la demanda presentada por dos de sus conductores, obligasen a la compañía a reconocerlos como trabajadores de la empresa, asegurándoles vacaciones pagadas y salario mínimo.

Además, Uber es consciente de que si recibe una sanción de este tipo en el Reino Unido otros países podrían seguir su ejemplo. Su salida a la Bolsa americana a principios de este mes ha sido mucho más tibia de lo esperado, y en los documentos publicados para ella se ven obligados a admitir que las autoridades británicas podrían «pedirnos que paguemos el IVA (20%) del total de los viajes tanto de forma retroactiva como proactiva». De hecho ya hay un magistrado trabajando sobre el caso, y con intención de hacer oficial el proceso esta misma semana, que asegura que la Hacienda británica podría pedir unos 296 millones de euros por cada uno de los cuatro años anteriores, alcanzando ese total que podría rondar los 1.184 millones.

El Mundo

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