«La medida pone en riesgo la conciliación familiar», señalan las trabajadoras del sector.

El colectivo de mujeres taxistas de Oviedo acordó ayer, durante una reunión celebrada en la sede de la federación del taxi, en Otero, manifestar su «total oposición» a la regulación de los descansos que plantea el concejal de Seguridad, el socialista Ricardo Fernández. Las trabajadoras consideran que la medida «pone en riesgo la conciliación de la vida familiar y el trabajo» de muchas de ellas, pues advierten que en caso de que la normativa entre en vigor el 1 de enero no podrán compaginar ambas facetas.

La postura de las cada vez más mujeres que conducen taxis, ya sean propietarias de licencias o trabajadoras, es que los cambios que propone el tripartito tendrán efectos negativos para sus intereses. Por tanto, reclaman mantener el sistema actual, que ven más provechoso para su situación. «La libertad de horarios nos permite conjuntar nuestra profesión con el cuidado de los hijos, las tareas domésticas y la atención a familiares enfermos», señalan.

Las mujeres del sector avisan de que en caso de que finalmente se vean obligadas a parar su vehículo un día a la semana verán mermada su recaudación o en su defecto, el tiempo disponible durante el resto de los días para atender sus hogares. Asimismo, sospechan que las asalariadas se verán especialmente perjudicadas. «Añadiremos la rémora del despido en el sector al disponer de menos tiempo para hacer una recaudación acorde con las necesidades propias y el interés comercial del titular», explican.

La oposición de las mujeres a la regulación municipal se suma a la de la patronal del sector, a través de las dos grandes cooperativas de la ciudad, contrarias a los argumentos del edil de Seguridad. Éste último, que recibió el respaldo del sindicato UGT a su propuesta, defiende la necesidad de la regulación en la necesidad de favorecer los derechos laborales de los taxistas contratados. Igualmente, Fernández ve necesaria la nueva normativa para ajustar la oferta del servicio a la demanda y recuerda que el descanso mínimo ya funciona en otras ciudades como Gijón y Avilés.

La Nueva España