La calificación de un servicio «deficiente» y el planteamiento de una «remodelación» en las licencias de León ha generado «gran tensión» en el gremio

Las últimas declaraciones del alcalde de León, José Antonio Diez, han hecho «explotar» a muchos de los trabajadores del gremio en la capital. La remodelación en el servicio de taxis del municipio que él mismo calificó como «muy deficiente», y que no responde a la realidad de una ciudad «que ha cambiado, ha crecido y el número de turistas», ha generado una incomprensión por parte de los taxistas.

Carlos González lleva más de 30 años en el sector. Las subidas y bajadas del turismo generan que el ritmo no sea regular y que, incluso, las temperaturas influyen en la demanda del mismo. «Según las medidas que quieren aplicar, las licencias aumentan pero eso es pan para hoy y hambre para mañana, asegura. Una medida que, según indica el varón, generaría que si el turismo baja, las licencias activadas perderían la demanda que hay y muchos de los taxistas se quedarían sin trabajo.

«León está en auge y eso es bueno, pero todo puede cambiar», explica. El hombre, achaca un ataque «injusto» contra el sector y pide «soluciones» ante las trabas de la administración. «En la estación de tren el servicio es deficiente porque tenemos un acceso malísimo y siempre está lleno de particulares con los que acabamos discutiendo». Una situación «muy incómoda» y que genera «tensión» con los clientes. «No es que falten taxis o dejen de faltar», indica. Las obras de la ciudad durante los meses estivales de julio y agosto han generado el retraso de viajes y aumento en los costes de los clientes, algo que ha enfadado a muchos por cambiar la ruta y aumentar en más del doble el tiempo del trayecto.

Situación de «incomprensión»

Manuel Berciano, taxista en la capital, tacha de «ilógicas» las declaraciones emitidas por Diez debido a que «debería enterarse de cómo está el gremio y por qué está así», indica. Una situación en la que, según el trabajador «no hacen más que ponernos palos en las ruedas». Son varios los clientes que se preguntan el cambio de ruta en el trayecto, algo a lo que ni él mismo puede dar explicación.

«Es ilógico coger a un cliente en la estación de tren y no poder cruzar Ordoño para dejarlo en Santo Domingo», reclama. La peatonalización de parte del centro así como la prohibición a la entrada de vehículos ha generado gran complicación que se suma a tener que ampliar el tiempo de espera de los clientes. «Diez minutos se acaban convirtiéndo en media hora».

Los taxis de León se guían mediante una aplicación en tiempo real que geolocaliza los vehículos en activo y avisa de las paradas en las que no se encuentra ningún compañero, algo que facilita que todos los puntos de la capital estén cubiertos.

Deficiencias en comunicación

«No es normal que tengamos la parada de taxi detrás de la estación de tren», denuncia el taxista. Son varios los pasajeros que, según el trabajador, llaman reclamando la falta de taxis sin darse cuenta de que la parada está justo al otro lado. Las reclamaciones al ayuntamiento son pasadas a la línea de Renfe que, sin contestación, las devuelve.

«He llegado a recoger a muchos clientes en la Pícara que me dicen que no hay taxis», añade. Durante las horas de la comida, son varios los compañeros que abandonan el puesto para ir a comer. Horas en las que la demanda puede aumentar por la llegada de tren pero en las que la parada es necesaria tras horas sin descanso. «Que no nos pidan milagros porque nos duplican el tiempo de espera al dar tanto recorrido», reclama.

Varios de sus compañeros se suman a su «denuncia» y reclaman que «lo intentamos hacer lo mejor posible pero también hay veces que hay que esperar porque somos personas». Los momentos puntuales son «mínimos» según los trabajadores. Algo que sucede mucho los sábados por la noche o los fines de semana.

Un debate que llevará a la toma de decisiones por parte del ayuntamiento y en el que los taxistas piden «comprensión y entendimiento».

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