
El sector acusa el intrusismo de particulares, coches VTC de Burgos que les roban clientes y empresas de autobuses con vehículos matriculados en pueblos pero que operan en Miranda
Los taxistas mirandeses cada vez lo tienen más complicado para cuadrar números a final de mes, porque además del descenso en el número de carreras, en los últimos meses tienen que lidiar también con la competencia desleal. Es habitual ver por el casco urbano coches VTC de Burgos, que trabajan sobre todo con las mutuas.
«No es que nos hayan quitado clientes que para algunos compañeros suponían el 80% de sus ingresos, sino que además cuando hacen un viaje, en vez de regresar a la capital como marca la ley, esperan hasta que les sale otro. Ahora mismo estamos algo más de una veintena de taxis, pero si esto no cambia, sobramos más de la mitad», denuncian.
No son los únicos ‘intrusos’ en el negocio. También han detectado a particulares que ofrecen transporte por las redes sociales y empresas de autobuses que han adquirido un par de licencias en pueblos de la provincia pero que «en la práctica trabajan en Miranda». En este caso, trasladan a los empleados de las fábricas del entorno, «utilizando los mismos choferes que para los buses, cuando es ilegal al ser distintas sociedades».
Los taxistas se sienten indefensos. «Cuando avisamos a la policía de que hay coches de fuera recogiendo clientes, no hacen nada. Sin embargo, a nosotros que pagamos por todo, al mínimo incumplimiento nos multan», critican algunos conductores, que se quejan también del trato municipal.
Su reivindicación apunta a la obligación de hacer guardias nocturnas sin contraprestación. «Es normal que se quiera dar ese servicio a los ciudadanos, pero en una buena noche sacas 20 euros y en muchas otras nada por estar diez horas despierto. Al igual que el Ayuntamiento compensa a los autobuses urbanos cuando son deficitarios, nosotros también deberíamos cobrar algo por estar de guardia».
Además, no disponen de un sitio para esperar y las llamadas, muchas gestionadas a través de Policía Local, no están controladas. «Sales de casa de madrugada, llegas al hospital y no haya nadie. Como no han pedido datos a la persona, ¿a quién reclamas?», afirman.
Diario de Burgos