
Plataforma Caracol afirma que presentó cerca de 3.000 denuncias en 2024 y que no se impusieron ni 400 sanciones.
Hace cuatro años, poco después del pico más alto de las protestas del taxi, el sector inició una lucha legal contra los VTC. Los taxistas se dedicaron a registrar y denunciar infracciones de los vehículos de Uber, Cabify y Bolt. En dos años, el Ayuntamiento de Madrid gestionó 10.000 expedientes. Sin embargo, en poco tiempo esto ha cambiado significativamente. Los taxistas afirman que ahora la mayoría de sus denuncias no tienen ningún resultado.
«El año pasado presentamos 2.942 denuncias», comenta Nacho Castillo, conocido como Peseto Loco, a THE OBJECTIVE. De estas, menos de 400 se convirtieron en sanciones, según admitió la propia Policía Municipal de Madrid en un informe dirigido a dicho taxista. Castillo ha sido el principal motor de esta iniciativa en la capital, a través de la Plataforma Caracol. Esta lucha legal también ha llegado a las calles de Sevilla, Málaga, Granada, Barcelona y Valencia. ¿Qué ha sucedido en estos años?
El proceso mediante el cual los taxistas logran que se impongan sanciones a los VTC es bastante sencillo. Un taxi observa una infracción de un VTC, como la más común: que se detenga en el carril bus para recoger a un pasajero. En ese instante, el taxista toma una fotografía con la aplicación GPS Map Camera, que automáticamente geolocaliza la imagen y añade la fecha y hora. Esa foto, que prueba la infracción, se envía como denuncia al Ayuntamiento, con el taxista actuando como testigo del hecho. El denunciante se basa en el artículo 4 del Reglamento de procedimiento sancionador en materia de tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial: «Cualquier persona podrá presentar denuncias por hechos que puedan constituir infracciones a las disposiciones de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial o sus Reglamentos». El Ayuntamiento está obligado a tramitar la denuncia.
Este medio ha consultado al área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid si se han dejado de procesar estas denuncias y, en caso afirmativo, cuál es la razón. La respuesta ha sido que «se tramitan las denuncias que cumplen con los requisitos establecidos. No se ha dejado de tramitar nada». Además, aseguran que «muchas denuncias llegan fuera de plazo o no cumplen con los requisitos para su tramitación».
Cuando Peseto Loco inició esta lucha, el proceso que utilizaban para denunciar era algo diferente. En lugar de que cada conductor se presentara como testigo, era el propio Castillo quien lo hacía. El taxista realizaba una videollamada con el compañero que presenciaba una infracción de un VTC y este se la mostraba. De esta forma, Castillo podía actuar como testigo.
En 2022, Castillo tuvo una reunión con Alonso en el Ayuntamiento donde le explicó el procedimiento. Ella confirmó que el proceso era adecuado, según cuenta Castillo. Sin embargo, llegó un momento en que el volumen de llamadas fue tan alto que Castillo tuvo que enseñar a cada taxista cómo gestionar sus propias denuncias. Nunca imaginó que su lucha llegaría tan lejos.
En una carta de Alonso a Castillo fechada en febrero de este año, la directora general de Gestión y Vigilancia de la Circulación asegura que el método no es válido. «Hace tres años que no se utiliza este método. Eso demuestra que ni se han leído las denuncias», clama Peseto Loco. «Es todo una sarta de mentiras», afirma el taxista, indignado, y sin visos de rendirse. De esto además surge una duda: en caso de que todavía se tramitaran las denuncias por el método antiguo, ¿por qué en 2022 sí que era válido y ahora no?
Estas son las preguntas que se afana en contestar Peseto Loco, en representación de los taxistas agrupados en la Plataforma Caracol y muchos otros afines. Castillo ha insistido tanto que el grupo municipal de Más Madrid planea llevar la cuestión a la Comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Nada indica que los taxistas se vayan a rendir en la única batalla en la que han cosechado victorias desde la irrupción de los VTC en las calles.
Fuente | theobjective.com