Manuel Sánchez, presidente de ATACV: «La adaptación de un taxi es muy cara y necesitamos la ayuda de las administraciones»

Hablamos con el presidente de la Asociación de Taxis Adaptados de la Comunidad Valenciana, que denuncia la falta de ayudas por parte de las administraciones para adaptar los taxis y explica los sobre costes que tienen con respecto a un taxi normal

  • ¿Cuándo nació esta asociación y cuántos socios la forman?

La asociación nació en plena pandemia, en verano de 2019 fue cuando conectamos con taxistas vinculados al mundo del eurotaxi. Hablando los compañeros de Alicante, Valencia y Castellón nos dimos cuenta de que todos teníamos las mismas inquietudes, y fue cuando nos planteamos unirnos.

El tema de la afiliación, como sabemos que la pandemia ha sido muy dura para el taxi, ha sido muy flexible. Queremos darle un margen a los compañeros para que puedan afiliarse a la entidad; ahora mismo somos alrededor de 70 socios.

Además, como somos una asociación de la toda la Comunidad Valenciana, la hemos dividido en tres partes: Alicante, Valencia y Castellón. Es decir, de una asociación hemos creado tres sub delegaciones para cubrir estas zonas.

  • ¿Con qué propósito crearon la entidad?

Pues tenemos varios problemas directos que queremos resolver. Por ejemplo, aquí en Alicante no se cumple la obligatoriedad de que al menos el 5% de los taxis sean adaptados, que es lo que establece la ley. Principalmente, por el coste de los vehículos, el coste de la adaptación y el coste del mantenimiento. Es por ello que estamos luchando para conseguir ayudas; que las administraciones vean el problema que tenemos y el fin que perseguimos, que no es otro que el de garantizar el traslado de personas con movilidad reducida.

  • En un escrito que enviaron a la Conselleria de Movilidad, denunciaban precisamente esa falta de ayudas para adaptar los vehículos. ¿Saben si tienen pensado publicar alguna ayuda?

Parece ser que la Generalitat va a probar una ayuda de 200.000 euros para los taxis adaptados pero, al desglosar este importe, da para 15 coches, así que sigue sin ser suficiente. Siguen sin tener en cuenta el coste de mantenimiento que tienen estos vehículos, y que no se refleja en estas ayudas.

La adaptación de un vehículo es muy cara. Cualquier taxista puede comprar un coche normal por más o menos 20- 25 mil euros. Nosotros, además, tenemos que sumarle el coste de la adaptación que, dependiendo del coche, está entre los 10 y los 15 mil euros. En principio, este coste tenemos que asumirlo nosotros.

En mi caso, por ejemplo, sí que es cierto que pude acceder a una ayuda del Ayuntamiento de Alicante hace cuatro años. Aún así, fue una cantidad pequeña de dinero que nunca cubre la totalidad de la adaptación. Pero no es lo común, el 85-90 % de los taxistas tiene que asumir ese coste.

Queremos que las administraciones entienda que un vehículo de este tipo consume mucho más que un taxi normal. Tienen que entender que para que yo ponga a disposición mi vehículo, aunque sea para realizar solo dos servicios adaptados al día, el resto de la jornada estoy asumiendo un gasto de combustible excesivo. Y, de nuevo, este gasto tengo que asumirlo yo.

  • Además, no están de acuerdo con trabajar los dos días del fin de semana, ¿no es así?

Claro, es que ahora mismo en vez de darnos ayudas lo que nos ofrecen es darnos un día más de trabajo. Esto tiene dos inconvenientes: uno para mi vida personal y, otro, que crea un agravio con los compañeros, que no entienden que nosotros trabajemos un día más.

Sería más sensato que se calculase el gasto en exceso que tiene un taxi adaptado con respecto a un taxi normal y no que nos den un día más de trabajo. En Murcia, por ejemplo, lo están haciendo bien y tienen un número muy alto de taxis adaptados.

  • ¿Qué proyectos o iniciativas tienen en mente para los taxis adaptados?

Ahora mismo estamos luchando para que se modifique la norma UNE, que es la que regula la instalación de reposa cabezas en los taxis adaptados. Estamos luchando para modificar esta norma porque creemos que es discriminatoria hacia los taxis. Solo obliga a los taxis a llevarlo, otros vehículos como las ambulancias y otros vehículos que se utilizan en residencias de mayores no lo llevan. O lo llevamos todos o no lo lleva nadie, no es justo que se nos obligue solo a los taxis.

Luego, también hemos propuesto dos opciones para subvencionar los gastos de los taxis adaptados. Una con dinero directamente y otra es que se ponga un suplemento para los taxis de 7 y 9 plazas. Estos taxis, como tienen más plazas, permiten dividir el importe final entre más usuarios, por lo tanto, acaban pagando menos que si cogen un taxi normal. Si se aplica un pequeño suplemento, el usuario no notará el incremento del precio. Creemos que es una buena forma para que los taxistas adaptados veamos compensado el sobre coste que tenemos.

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