Mario, el ‘Shakespeare del taxi’ de Madrid

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«Hello sir, where do you want to go?». Así es capaz, Mario Honrado, de abrir la puerta a un turista cuando le recoge en el aeropuerto de Barajas Adolfo Suárez. Es de los pocos, según cuentan tanto él como otros compañeros, que pueden hacerlo entre los 16.000 taxis que hay en Madrid. «Muchos ya están a punto de jubilarse y no les interesa ponerse», cuenta otro taxista Nacho Martín. Sin embargo, Mario le contradice y asegura que el principal motivo es «la desidia».

 

Contra ella, la Comunidad de Madrid y las principales asociaciones del sector quieren arrancar un curso online de inglés para 500 taxistas para hacer una región «English friendly». Serán 60 horas divididas en 10 módulos. Los que lo superen llevarán un cartel acreditativo como el que figura en esta página.

Mario aprendió inglés al trabajar como conductor en una empresa anterior, una productora americana en la que él era el encargado de llevar a los actores. Ahora, por propia iniciativa, ha arrancado un grupo de Whatsapp entre compañeros,«Speak English», en el que sólo se habla la lengua de Shakespeare. De momento, sólo son seis los participantes.

Antonio Pedraza no es uno de ellos. Está a dos años de jubilarse y no tiene ningún interés en el inglés. Muchos, aseguran Nacho y Mario, están en la misma situación. Observan que el sector del taxi está muy avejentado. Pero Antonio dice que, a día de hoy, no hace falta. «Nosotros sólo les llevamos del aeropuerto al hotel y luego nada, los hoteles no cuentan con nosotros sino con Uber y Cabify», dice.

TECNOLOGÍA

Y es que la tecnología es lo que está cambiando al sector. Tanto para bien, como para mal. Nacho es un taxista joven, a punto de casarse pero con bastantes kilómetros ya a cuestas. El apenas sabe decir change y otras cuatro palabras pero asegura que le basta y le sobra. «Ellos ya vienen con la dirección en el Google Maps y sólo hay que seguirla y si no hay aplicaciones que te traducen».

Pero Mario no puede estar más en desacuerdo. Él lo ve de otra manera. Una manera mucho más romántica pero también más comercial. «Somos los primeros embajadores de la ciudad para los turistas». Así lo ven también los organismos públicos a los que el Shakespeare del taxi les pide más controles de calidad en su sector.

Antes de marcharse a trabajar, Mario cuenta que en una ocasión llegó un turista americano a Barajas y le preguntó si hablaba inglés. Por hacer la prueba, le contestó que no. Entre risas, admite que el tipo tuvo que recorrer de 30 a 40 taxis hacia atrás hasta que dio con uno que le respondió afirmativamente.

Fuente: El Mundo

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