Otra acción solidaria del taxi en Asturias

Conductoras de Gijón, Oviedo y Avilés entregan un centenar de globos a los niños ingresados en el HUCA

acción solidaria Asturias

En las cabalgatas tradicionales, Melchor encabeza la comitiva, seguido de Gaspar y Baltasar. Pero a veces la ilusión no tiene nombre, sino matrícula. La de los taxis que, jalonados con coronas reales -dorada, roja y verde- aparcaron ayer a mediodía a la entrada del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). De los vehículos descendieron pajes -que se desdoblan en taxistas- cargadas de globos luminosos para los niños ingresados.

Todo comenzó en mayo, cuando la Fundación Princesa de Asturias concedió el premio de las Artes a Martin Scorsese y propuso a la Asociación de Mujeres Taxistas del Principado conducir un modelo similar al de Travis Bickle, el exmarine que encarna Robert de Niro en la película ‘Taxi Driver’. «Aquello fue emocionante para nosotras», rememoró Sonia Camblor. En su profesión hay dos taxis emblemáticos: el ‘cab’ de Londres y el típico vehículo amarillo que circula por las calles de Nueva York. «Nos permitieron conducir uno de ellos por las calles de Oviedo y Gijón, fuimos absolutamente felices viviendo esa experiencia increíble que supuso la culminación de nuestra profesión». Pero no se quedaron con eso: «Pensamos que esa ilusión que nosotras habíamos sentido se podía transmitir de alguna forma».

Así que se pusieron a pensar y decidieron llevar «un poco de felicidad» a los niños ingresados en el HUCA. Se pusieron en contacto con el hospital, compraron cien globos luminosos y ellas mismas decoraron los doce vehículos que formarían parte de la peculiar cabalgata. El propósito, indicó Camblor, era sencillo: «Queríamos que los pequeños fuesen tan felices jugando con ellos como nosotras lo fuimos jugando con el taxi neoyorquino».«Es un lujo venir aquí y aportar a los niños aunque sea un poquito de espíritu navideño», destacó una compañera.

«Es un lujo venir aquí y aportar a los pequeños aunque sea un poquito de espíritu navideño»

Pasada la una y media, un grupo de médicos y enfermeras de pediatría salieron del hospital, encabezados por el director del HUCA, Pablo Fernández Muñiz, que entre la algarabía de la recepción alcanzó a decir «gracias, muchas gracias. Es una idea estupenda». Fue Rosa García, supervisora del Aula Hospitalaria, quien recibió la petición. «Se ofrecieron para comprar juguetes, pero convenimos que lo mejor era un detalle que hiciera ilusión a los niños», relató, aunque los pequeños tienen «la parte lúdica cubierta». «Tanto es así que muchos, a pesar del miedo inicial al ingreso, incluso piden quedarse un poquito más después de que les den el alta». Aún así, nunca está de más tener un nuevo entretenimiento, como la fiesta de la que disfrutaron por la tarde los 26 niños de entre 3 y 18 años y los veinte lactantes ingresados en el hospital.

Por la mañana, los rostros de esos mismos niños se pegaban a los cristales de la sexta planta, siguiendo los movimientos de las taxistas mientras sacaban los globos del maletero. «¡Hola! ¡Hola!», exclamaban desde abajo, saludando frenéticamente, y desde arriba recibían la respuesta: sonrisas y algún aplauso.

El Comercio

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