Taxistas de Buenos Aires toman el centro de la cuidad en protesta contra Uber y Cabify

Buenos Aires

Centenares de taxistas inundaron este jueves el centro de Buenos Aires con una flota negra y amarilla en señal de protesta por la actividad de plataformas de transporte como Uber y Cabify, que consideran que están precarizando el gremio y llevando a cabo una competencia desleal.

Tres años después del desembarco de Uber en Argentina, tanto propietarios de taxis como peones -que manejan coches de otro dueño-, se desplazaron desde diferentes puntos de la ciudad hasta la Casa Rosada, sede el Gobierno argentino, para entregar un documento en el que expusieron la delicada situación que vive el sector.

Según relató a Efe Esteban Villalba, representante de la Asociación Taxista de Capital, el número de viajes en los taxis ha bajado entre un 40 y un 50 % desde la llegada de Uber.

En noviembre, el Gobierno porteño aprobó una ley para frenar el avance de esta aplicación de transporte privado al endurecer las penas a quienes transporten pasajeros de manera ilegal, como hace la plataforma, pero Uber sigue operando en Buenos Aires.

«Nos causa mucha extrañeza cómo son firmes para movilizar toda la infantería para desalojar a los manteros, que son presuntamente ilegales, y aparentemente no hay herramientas para desalojar a estos ilegales», aseveró Villalba.

Por otra parte, la aplicación de transporte Cabify sí está legalizada como remisería (empresa de vehículos de transporte con conductor), pero muchos de los participantes en la manifestación la siguen considerando ilegal.

Sobre la modernización del sector del taxi, el representante sindical incidió en que también están avanzando muchísimo, ya que se lanzó la aplicación BATaxi, con un funcionamiento similar al de otras plataformas, por la que el pasajero puede convocarles y ellos acuden.

Gustavo Centurión, que lleva 26 años ejerciendo como taxista, atendió a Efe de camino a la sede gubernamental, rodeado de compañeros que ondeaban banderas amarillas y negras -colores de los taxis porteños- y tocaban la bocina como señal de reivindicación.

Centurión aseguró que esta es «la peor crisis» que ha vivido el gremio, por lo que tiene trabajar más de doce horas al día.

«No solamente en el sector sino en todo el país, la crisis económica que estamos atravesando es terrible y para colmo, tenemos esta contra que es Uber, Cabify y todo esto que nos está complicando», lamentó.

La queja más repetida entre los asistentes a la movilización es que estas aplicaciones de transporte no cuentan con los mismos registros, seguros, ni conocimientos que a ellos se les exige.

«A nosotros todos los años nos hacen hacer un curso de seis horas para decirnos a qué velocidad se puede circular por una autopista o dónde está el Congreso o la Casa Rosada», detalló Patricia, que comparte la profesión de taxista con su marido.

Sin embargo, criticó que a Uber no se le exige nada de eso y pueden recoger pasajeros «tranquilamente» y «no pasa nada».

«Ojalá se haga justicia y ojalá la ley se haga pareja para todos. Si vos te ponés al lado mío en un remís, Uber o lo que sea, te exigen lo mismo que a mí y cobrás lo mismo que yo, te aplaudo. Pero no me vengas a robar mi trabajo, porque nos están robando el trabajo», expresó la taxista.

La Vanguardia

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