Uber empieza a trabajar en España pagando sus impuestos en Países Bajos
— 4 abril, 2016La empresa estadounidense Uber, que ha vuelto a operar esta semana en España con un servicio profesional adaptado a la legislación vigente en Madrid, pagará sus impuestos en Países Bajos, que tiene una fiscalidad más favorable a la empresa. Se lo permite la legislación europea. Su producto estrella, el servicio entre particulares Uber Pop, tendrá que seguir esperando. Aunque la empresa promete seguir presionando a las autoridades para que liberalicen el sector.
Pese a operar en España, Uber va a tributar en Países Bajos, un Estado con ventajas fiscales para la compañía, ya que está considerado un centro offshore de categoría ‘Low-Tax Havens’ (refugio de baja fiscalidad). En este tipo de Estados se obtienen ventajas fiscales en situaciones especiales (como las ganancias de capital, royalties, dividendos, etc.), según explica Sergio Costa Sant’Anna, profesor colaborador de IESE Business School y de la Universidad Pompeu Fabra, en una entrevista con la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania. Otros países incluidos en esta categoría son Chipre, Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Bélgica, Austria o Malta.
Países Bajos está considerado un centro offshore de categoría ‘Low-Tax Havens’ (refugio de baja fiscalidad)
«La empresa con la que operamos el servicio tiene sede en Holanda, y el derecho comunitario asiste totalmente que una empresa en un país europeo pueda prestar servicios en el resto de países de la Comunidad Europea», dijo Yuri Fernández, portavoz de Uber, en una entrevista con el programa La Brújula de Onda Cero.
Después de que, a finales de 2014, un tribunal madrileño diera la razón a los taxistas en una demanda y obligase a Uber a dejar de operar su servicio entre particulares, la multinacional se adaptó a la normativa para convivir con el taxi sin incurrir en competencia desleal. Ya operan en Madrid cumpliendo los requisitos de VTC (alquiler de vehículos turismo con conductor), algo que ya ha hecho su competidora Cabify.
Uber no contrata a sus conductores, sino que ellos, autónomos, son libres de conectarse cuando quieran a la aplicación y trabajar para la compañía. El cliente paga a través de la aplicación y la empresa envía un 75% del importe al conductor y se queda con el 25% de comisión en concepto de uso de la tecnología. UberX exige que tanto conductores como vehículos tengan las autorizaciones pertinentes. A diferencia de UberPOP –que conectaba a viajeros con cualquier particular que quisiera llevar a alguien de un sitio a otro y cobrar por ello, sin necesidad de autorización-, UberX exige que sean autónomos o empresas.
Seguirán presionando para liberalizar
La compañía, que no está obligada a brindar datos económicos al no cotizar en bolsa, y que opera en 360 ciudades de 60 países, tiene como marca registrada la actividad de cabildeo para que las administraciones relajen la regulación del transporte de pasajeros. Como en Bruselas, donde el año pasado se les prohibió Uber Pop, y presentaron un plan para reformar la legislación del taxi en la ciudad, argumentando que era necesario implementar una regulación que no bloqueara la competencia, que creara empleo y que mejorara las opciones del consumidor. En España no dejará de hacerlo.
«El año pasado presentamos un producto entre particulares [Uber Pop] que funciona en muchos países del mundo, que han hecho una regulación ad hoc para un fenómeno que es nuevo, como EE.UU., Australia, México, Filipinas, donde los gobiernos se han dado cuenta de que el transporte entre particulares puede traer beneficios en cuanto a creación de oportunidades económicas o bajada de precios del transporte», dijo Yuri Fernández, de Uber. «Quizás nuestro error en España fue traer un servicio muy innovador en un marco regulador muy restrictivo».
En EE.UU., Australia, México o Filipinas, se han dado cuenta de que el transporte entre particulares crea oportunidades económicas y baja el precio
Yuri Fernández
Uber
Y deja claro que seguirán presionando. «Vamos a seguir haciendo pedagogía para que España pueda aprovechar los beneficios que ese modelo trae y que ya están disfrutando ciudadanos de muchos otros países», agregó Fernández.
Argumentos no les faltan. En España, a diferencia de Francia y Reino Unido, la reglamentación marca que sólo puede haber una licencia de VTC cada 30 taxis, lo que limitaría esta posibilidad a poco más de 500 licencias en Madrid. Por eso, Uber pugna para que se liberalice el mercado, con argumentos tales como que este servicio puede ayudar a la economía, con el acceso a la actividad de empresas y emprendedores y la consiguiente creación de empleo.
Las dificultades de Uber para implantarse en España llevaron a la compañía a crear la plataforma UberEats, que llevaba comida a domicilio en determinados barrios de Barcelona. Funcionó en parte de 2015, pero Uber la cerró, según la empresa, porque “ahora es prioritario trabajar para que las principales ciudades españolas dispongan de un servicio de transporte de pasajeros”.
La llegada de UberX se enmarca en un contexto de cambios en la movilidad urbana, donde se están afianzando opciones como el alquiler de coches por minutos o los servicios de renta de bicicletas.