Y ahora se inician las negociaciones para la futura ley del taxi. ¿Qué piden?
El panorama de la movilidad ha cambiado mucho en los últimos años, cuando surge la ley no había ni smartphones y ahora se debe contemplar la figura de los intermediarios tecnológicos. Nosotros no tenemos licencias ni decidimos cuanto cuesta el kilometraje, solo ponemos en contacto a taxistas con usuarios. Debe haber espacio para las plataformas de intermediación.

Está previsto que la ley se aplique ya en 2024, ¿cree que será posible?
Hemos sido convocados por la Dirección General de Transporte y Movilidad el día 19 de octubre para celebrar una primera reunión. Entiendo que, desde la Generalitat, ya se está trabajando y vemos positivo que se aborde esta ley, pero se debe abordar con la complejidad de como funciona ahora el sector. Las prisas son malas consejeras y es importante buscar el consenso de todos.

¿La ley llega tarde?
Nunca es tarde siempre que sea una ley abierta y no esté cocinada por las asociaciones. Hay que evitar comentarios como «moverse por Barcelona es un infierno». Debe haber una mejora para la ciudadanía y para el sector. Habrá un escollo con el tema de si somos operador de transporte o si somos una plataforma tecnológica, y esa será la parte donde habrá que discutir.

El Nacional.cat