El TSJ tramita la denuncia de la Federación Sindical del Taxi por los servicios de alquiler, mientras el Consistorio anuncia más restricciones a los VTC con una hora de demora

La ordenanza de Movilidad de Valencia ha terminado en el Tribunal Superior de Justicia por un recurso interpuesto por la Federación Sindical del Taxi, debido a lo que consideran una falta de regulación evidente de la normativa sobre todo tipo de vehículos de alquiler con conductor, lo que supone según aducen una competencia desleal. El asunto se publicó recientemente en el Boletín Oficial de la Provincia, para que puedan personarse todos los interesados.

El presidente de la federación, Fernando del Molino, indicó que la falta de regulación de los vehículos de transporte con conductor (VTC) es sólo un ejemplo, para señalar también el perjuicio causado al sector por los ciclos de más de dos ruedas, así como los conocidos como tuk-tuk, un modelo extendido por países de India y Lejano Oriente, y que comienza a ser utilizado en Valencia para recorridos turísticos.

La Mesa del Taxi se reunió ayer tras varios intentos del sector y el edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi, se comprometió a iniciar el proceso para regular los VTC más allá de lo que establece la Generalitat, es decir, que deben tener una demora de 15 minutos tras la petición del servicio. En el caso de Valencia se pretende que sea de una hora de retraso. También se fijó la creación de una mesa técnica para abordar otros asuntos de la ordenanza.

Aún así, el recurso interpuesto en el Tribunal Superior sigue adelante, confirmó Del Molino. Los VTC son el conflicto más conocido del sector del taxi con otros modos de movilidad, aunque no es el único. Los ciclos de más de dos ruedas son bicicletas que pueden llevar pasajeros y que cuentan con pedaleo asistido, es decir, que tienen ayuda de un motor eléctrico.

También han aparecido al menos dos empresas en Valencia que trabajan con vehículos tuk-tuk, aunque el temor de los taxistas es que la alegalidad dispare el número de vehículos, como ha sucedido por ejemplo con el ‘sharing’ de motos eléctricas, que se cuentan por más de 4.000 unidades en toda la ciudad.

La ordenanza fue aprobada en junio, aunque su aplicación plena no ha sido hasta septiembre, cuando la Policía Local terminó el periodo de campaña informativa y se aplicaron ya con total normalidad las sanciones a los patinetes eléctricos, la gran novedad de la regulación.

Aún así, el alquiler es una cuestión aparte. El Consistorio aprobó en la junta de gobierno las tasas para esta actividad, pero dejó fuera todo lo referido al alquiler en la calle de patinetes eléctricos, debido al rechazo de autorizar los negocios de estas empresas, como confirmó más adelante el alcalde Joan Ribó. De la misma manera sucedió con los vehículos tuk-tuk, que tampoco aparecen en la ordenanza fiscal pero sí que funcionan en la calle. Esta normativa está de todas maneras aparcadas hasta que la delegación de Movilidad establezca en un informe los cupos máximos de cada vehículo, es decir, motos y coches eléctricos a día de hoy. Las empresas de patinetes tendrán que funcionar para los alquileres desde las tiendas.

Otro de los asuntos donde se discrepa es la circulación de taxis en las zona peatonales. El artículo 53 señala que «el acceso a estas zonas deberá hacerse únicamente para prestar un servicio, sea transportar personal viajero a dichas zonas, o recogerlo dentro de las mismas que han solicitado el servicio. En ningún caso entrarán los taxis en esas zonas a buscar clientela», algo en lo que las asociaciones están en desacuerdo, dado que les perjudica en situaciones como puede suceder en con la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento el 20 de marzo.

El acuerdo ayer en la Mesa del Taxi se considera un avance dentro de esta reivindicación. El concejal Grezzi habló de «compromiso para trabajar codo con codo con el sector del taxi con el objetivo de mejorar el servicio público del taxi y regularlo de la manera más eficaz».

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